¿Educación municipal en crisis?

Lo he dicho y lo repito mil veces, para que no mal informen. Más del 90 por ciento de los funcionarios y funcionarias del Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM) de Puerto Montt cumple una importante labor al servicio de la educación municipal, tanto en el citado organismo como en los diferentes establecimientos.

Pero, digamos las cosas por su nombre, hay un grupo no menor cercano a quienes dirigen el DAEM que son verdaderos “operadores políticos”, quienes han sido contratados con sueldos suculentos y que tienen privilegios inaceptables en comparación con el resto de sus colegas: llegan cuando quieren, salen de sus lugares de trabajo cuando lo estiman y, como muchos sostienen, aparecen asignados en planillas de establecimientos donde nunca se les ha visto ni su nariz.

Y como si lo anterior fuera poco, hace unos días se conoció un oficio firmado por el propio director del DAEM, Albán Mancilla, donde se amedrentaba con descuentos a los profesores que participaran en el paro nacional del gremio. Un grave error que la propia institución debió aclarar y por el cual pidió disculpas públicas.

Por ello, he decidido fiscalizar con fuerza todo lo que está pasando en la educación municipal local. Porque así como he aplaudido que se entreguen útiles escolares al inicio de año -se dice que se invierten mil millones de pesos al año por este concepto-, he sido firme en sostener que no podemos tener insalubridad en los establecimientos, con plaga de ratones incluida. Las ayudas sociales deben ir de la mano con mejoramientos sustanciales en la calidad de la educación.

Las platas de la Subvención Escolar Preferencial (SEP) están destinadas a ese objetivo. ¿Es normal que a tres meses de iniciado el año escolar, esos dineros no lleguen a los establecimientos educacionales? ¿Tiene alguna explicación lógica? La respuesta es una sola. Han abultado de tal manera las contrataciones para responder a favores políticos, que están perjudicando la calidad de la educación. Y eso es grave.

Abramos los ojos. Aunque se enojen, seguiré fiscalizando, por el bien de la educación municipal.

 

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